2011 tenía que ser el año en el que todo mundo hablara de Darren Aronofsky, no por la película de la cual platicaremos, si no porque el regreso de Robocop era inminente, un clásico del cine gringo reinventado por una de las mentes más importantes que existen como autor en Estados Unidos. Lamentablemente hace meses que nos enteramos que el realizador había declinado de la realización por cuestiones personales que lo distanciaban del remake y el robot futurista tendrá que esperar. Sin embargo, después de regresar a la vida a Mickey Rourke hace un año, con “The Wrestler”, ha decidido ahora seguir la vida de la danza, del wrestling al ballet, complicada la idea, pero solo una metáfora de este nivel podría entregar un producto como lo es “Black Swan”.
El lago de los cisnes de Tchaikovsky, es la puesta en escena que sigue Aronofsky con tanta pasión y locura, que explota en la gran actuación (de una consagrada y de época) Natalie Portman que logra capturar todo y cada una de las obsesiones que tiene una bailarina en el ocaso (por la edad) de su carrera y que no ha encontrado el papel principal en una puesta musical que encumbre su vida y trayectoria profesional. Además de la frustración familiar, que lleva al seguir viviendo con una madre posesiva y que día a día le repite la pérdida de su carrera a causa de su embarazo pero que en su hija ve reflejado lo que ella no pudo lograr, aunado con dietas alimenticias y prohibición de amistades (si, muy castrante).
Con una cámara en mano que no hace distingue la realidad de la ficción , del delirio pasional de una casi virginal cisne blanca, que su director (personaje realizado por Vicent Cassel) busca convertir en un cisne negro y viceversa, la dualidad del ser , representando el clásico el lago de los cisnes y su rival a vencer (a parte de sí misma) es la joven sensual ( y sexual ) co protagonista, Mila Kunis que se convierte en una mujer fatal, un verdadero cisne negro que dé la espalda emergen sus alas tatuadas, que persiguen en sus locos delirios a la protagonista, mientras le hacen sexo oral (escena lésbica que ha dado mucho de qué hablar) . Kunis se logra quitar su personaje de “That 70´s Show” de golpe y de tajo (debería de pasar la receta a Ashton Kutcher).
Sin querer, la película se convierte en una metáfora starwarniana, ya que la constante búsqueda de nuestra protagonista por el éxito, la hace encontrar “su lado oscuro”, su poder maligno que se asemeja en demasía a su lado sensible y pasivo. La mujer rebelde emerge y el cisne negro nace, como si siempre hubiera existido dentro de ella y de manera curiosa, es cuando mayor lucidez llega encontrar en su vida, en su lado oscuro estaba ella esperando encontrarse. El cine Inde gringo tiene mucho más que ofrecer en estos momentos, que el cine palomero de Hollywood sin duda.
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