Las profecías mayas indican que el día 21 o 24 de diciembre del 2012, la vida cambiaría drásticamente, marcando una nueva era para la humanidad. Estas palabras han sido interpretadas de muchas formas, unas que dicen que la humanidad dejará de existir por cambios meteorológicos y geológicos que harán que desaparezca la raza humana tal como la conocemos porque las condiciones de nuestro medio no nos lo permitirá; otras cuentas que solo el calendario maya se dejo de contar por cuestiones numéricas, para no contar hasta el número infinito el 2012 seria el ultimo año cuantificable. Si bien, todo esto solo son especulaciones, hipótesis que no se han podido demostrar como ciertas, la situación ha traspasado la cordura de una sociedad que en estos momentos comienza a tomar sus precauciones contra lo que según ellos, los mayas nos han dejado como legado. Las contradicciones de lo que piensan los gringos de las culturas prehispánicas, hace unos años Mel Gibson, dirigió la película Apocalypto, que mostraba una sociedad para nada científica ni inteligente, habló de una sociedad barbárica e ignorante, sobre todo al mencionar que los eclipses los espantaban porque no sabían el origen del suceso, poniendo en tela de juicio los antecedentes astronómicos de una sociedad vanguardista en temas como estos, el desarrollo de las matemáticas o el origen del cero, ni siquiera son mencionados, solo se exhibe lo animal de esta cultura, situación que ha más de uno ha ofendido. Es por demás conocida la visión morbosa de Gibson y de los gringos ante cualquier otra cultura que no sea la suya, la película 2012 de Rolland Emerich no es la excepción.
2012, nos invita a conocer el futuro próximo de la humanidad, basado en las profecías mayas, en los estudios de la gente de medio oriente (la India) y en los comentarios de los considerados locos maniáticos obsesionados con el fin del mundo, hasta este punto la historia es creíble y digerible. John Cuisack es un escritor frustrado que presento un libro sobre la tierra perdida de la Atlántida y ahora es un chofer de la limusina de un millonario ruso, dedicado al manejo de boxeadores y a la mafia, la ex esposa de Cuisack divorciada de el por diferencia marcadas, ahora ella casada con un doctor con una misteriosa habilidad para pilotear avionetas, dos hijos, niña y niño, los cuales conviven muy poco con su papa y el mayor, tiene más simpatía por su padrastro que por su papá situación que se resuelve para el final, de forma muy desagradable como toda la película en general, adelanto, se mueren todos los personajes que tú te imaginas que se van a morir, el ruso, la mujerzuela, el novio incomodo, millones de personas faltas de fe y también las que mucha fe tienen porque las aplasta la estructura del vaticano (quizás algo contra la religión católica), también se mueren los científicos y sobrevive el perro, lógico porque matar al perro.
Siendo complaciente con el director, este es su peor trabajo entregado hasta el momento (se que se esforzara para echar a perder otra historia en el futuro), pero considerando trabajos como el día de la independencia y el día después del mañana, si es mucho muy deficiente el guion sobre todo, muy improvisado, explotando todos los clichés del genero cayendo en lo absurdo cada 5 minutos, lo cual produce un trabajo por demás complaciente, excesivo de juegos pirotécnicos y que desgasta las formulas en dos horas. Una propuesta visual que sería lo único rescatable aunque tanto detalle a veces de verdad pasa desapercibido.
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