Todo arranca cuando un pequeño guacamayo ve desde su casa, en un agujero en el tronco de un árbol en la selva en Río, como el color, la música y la alegría inunda toda la selva. El ritmo lo envuelve y empapado por este entusiasmo comienza a bailar de manera involuntaria y tras un susto cae de su seguro hogar al suelo, donde es atrapado para ser vendido… Eso es una pequeña introducción, el resto lo tienen que ver y vivir en 3D.
Para ser sincero, esperaba una película llena de risas y de colores espectaculares, pero está no es solo una película de animación, yo la pondría dentro de mi TOP 5 de musicales, debido a su estilo lleno de canciones y coreografías. Las introducciones o los breves intermedios que se hacen para así poder presentar a algún personaje o simplemente introducirnos a la discoteca de las aves, todo es música y un ambiente de fiesta como lo vendría siendo Brasil.
Para ver Río tienes que ir preparado para una experiencia completamente diferente, de las mentes maestras detrás de “La Era de Hielo”, nos llego esta aventura que tiene todo un coctel de emociones, colores y sonidos para hacernos pasar un gran momento. Pues desde que inicia a correr la cinta y suena la samba, sabes que lo que sigue será algo inolvidable.
La música corre a cargo de John Powell alguien experimentado para musicalizar películas y supervisado por un grande de la música brasileña Sergio Mendes quien le pone ese toque especial a la película que solo él puede poner. Al pensar en Río de Janeiro lo primero que se te viene a la mente son mujeres bailando samba, futbol, playa, sol y un ambiente de fiesta. Y eso es lo que nos motiva a seguir soñando con este paradisiaco lugar.
Todos los estereotipos principales de la urbe brasileña quedan perfectamente reflejados, tal y como los tiene un turista que acaba de regresar de sus vacaciones: lo colorido del carnaval, con todo el mundo ilusionado por el mismo y dispuesto a disfrazarse para salir a la calle a bailar, el futbol, con el mítico partido Brasil – Argentina que todo el mundo sigue con fervor absoluto, el cristo del corcovado, son cosas que están siempre presentes en la ventana de cualquier casa y cómo no, las favelas, con su más absoluta pobreza y abandono.
Por ultimo debo decir que esta película logra su objetivo principal que es: entretener y mostrar al espectador un espectáculo de luces y colores sin igual. No faltan los toques de humor para todos los públicos y los “malos” que son malísimos para ser villanos y que terminan siendo graciosos o dando un poco de pena. Una película perfecta para ir con toda la familia pues no solo hace disfrutar sólo a los más pequeños, si no a todos aquellos amantes del cine de animación ya que el formato en 3D no decepciona.
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