La sorpresivas ganadora del Festival de Cine de Guadalajara este año, por encima de la también sorpresiva Oveja Negra, Crónicas Chilangas y la narrativa informal, como el movimiento de la música informal de los chilangos, aparece como un respiro a las distintas propuestas del cine mexicano. Con tres historias novedosas, en las que se involucran los hombres de negro, Polo Polo, la pornografía en las mujeres y la situación de pobreza en los adultos mayores, bueno esa no es nada novedosa pero como siempre el cine mexicano con las mil historias que al final se pegan, como la premisa dice en la película, el destino, el maldito destino. 
Con un auto- secuestro comienza todo, un niño rico caprichoso y deseoso de su herencia en vida, decide con sus amigos narco menudistas, iniciarse en estas situaciones del secuestro claro para extorsionar a su propia familia, según todo sería tan sencillo y que nada se saldría de control; pero aquí aparece el Jairo un esquizofrénico que se siente perseguido por los marcianos y que él es un hombre de negro, la voz que escucha es de su Maestro Osiris que en verdad es Polo Polo pidiéndole que mate al secuestrado porque es un alíen infiltrado. Desde aquí ya todo se lee fuera de control, en otra historia Regina Orozco encarna a una mujer adicta a la pornografía, todo esto por la obsesión de su esposo con la misma y la falta de comunicación entre ellos, su adicción le lleva a perder su empleo por causas de no controlar o no ver los alcances de esto. La tercera historia, una historia de ancianos, pensionados por el seguro social que tienen una hija cuadripléjica y que solo ellos son el único sustento y apoyo de su hija, la hipoteca de su casa esta vencida y les quieren quitar la casa, este es un drama digno de mujer casos de la vida real, pero aun así se mantiene de buena forma en la historia sin caer en lo absurdo. Tres historias que pareciera no tuvieran nada que ver entre sí o no encontraría forma alguna de empatarlas, pero el guion establece muy bien las reglas de la historia que el encuentro se rescata muy bien y que la historia está al filo siempre de lo absurdo pero jugando al filo, logra un resultado destacable.
Con historias irreverentes como estas, el ritmo vertiginoso de la chilanga banda y las tantas mini-historias que pasan a nuestro alrededor, solidifican por mucho esta película que refresca un poco las tantas películas que hoy salen en México, con problemas graves en guion por lo que pretenden y lo que no pueden lograr, una gran opción para el nuevo cine mexicano.
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